Trebolense ganó un partido dramático, para el infarto y no apto para cardíacos.
Porque en la noche del martes no le salía una. Ni en su área ni en el funcionamiento del equipo.
El tablero estaba cerrado y parecía que la pesadilla del domingo se volvía a repetir.Perdía Trebolense en el primero, segundo y tercer cuarto y parecía una cosa de no acabar. Llegó a marrar siete entradas seguidas en el área de San Jorge en un cotejo signado por el nerviosismo.
Lejos estaba el equipo de Contreras de ser lo contundente, efectivo y hasta lujurioso del viernes pasado cuando apabulló a San Jorge en el primer match.
La diferencia de cinco puntos, que se estiró por momentos a siete y hasta a nueve, parecía no romperse nunca y estaba lejos el “Cele” de limarla.Entonces apareció el pibe de oro, Lázaro Tomatto y fue Adrián Arias quien lo siguió con sus entradas filosas.
Lucas Escalona aportó la cordura necesaria que no reinaba ni entre sus compañeros ni entre el hervidero que era el estadio y así fue cambiando la historia.
El golpe final fue la acertada inclusión de Pablo Ruiz en los últimos minutos, que se hizo grande en defensa y bajo el aro terminó siendo implacable.
Faltando 4 minutos, Trebolense pasó al frente y no dio margen al error. Sometió a San Jorge a fallar y de contra fue contundente. Y logró ampliar la ventaja ante un estadio que coreaba el “Treboleeeeeeense, Trebolennnnnseeeee…” clásico de una hinchada ancestral.Y fue victoria nomas para el “Cele” de Maxi Contreras, que logró imprimir la tranquilidad necesaria cuando la noche de tormenta se transformaba en tempestad y que en los últimos minutos, hasta logró hacer que salga el sol.
Adrián Arias con 16 puntos y Lázaro Tonatto con 10 fueron los goleadores del local.
Lo ganó Trebolense 73 a 62 a “puro huevo nomás”, como lo hacen los grandes equipos, como lo hace el “ Viejo Celeste de la punta del Boulevard”.GENTILEZA EL TREBOL DIGITAL