La victoria de Fernando “Puma” Martínez sobre Kazuto Ioka: por qué la pelea entró en los libros del boxeo argentino y ya es histórica
El triunfo del “pibe de la Boca” por puntos sobre Kazuto Ioka le permitió agregar un reconocimiento más a su corona supermosca

La espera del veredicto que ratificó la condición de campeón mundial Supermosca (FIB–AMB) del bonaerense Fernando “Puma” Martínez (52.163 kg), “El pibe de la Boca”, fue tan dramática y nerviosa como el mismísimo combate de doce rounds llevado a cabo este domingo en el estadio Kokugiken de Tokio. No importaba la diferencia de puntaje real obtenida por el campeón representado por Marcos “Chino” Maidana sobre el japonés Kazuto Ioka, sino que, a modo de fantasmas, aparecían aquellos fallos llenos de tufillos que habían postergado al mendocino Manuel González y al sanjuanino Victor Echegaray, en los años ´70, en la riquísima historia pugilística de ”Argentina vs Japón”.
Sin embargo, esta vez, ahogando la ley usurera del “local y visitante”, los jurados se explayaron con cifras contundentes a su favor sobre uno de los boxeadores más respetados de Oriente, que había sido ganador de cuatro coronas mundiales en pesos diferentes y uno de los castigadores al cuerpo mas admirables del boxeo de los últimos años.
Los jueces indicaron en modo unánime: 117–111; 116–112 y 120–108, para el pupilo de Rodrigo Calabrese, que actualizó su record legítimo a 27 victorias (11 KO) y 6 derrotas. La tarjeta de LA NACION puntuó 116–112 para el argentino y otorgó el 1°, 2°, 3°, 4°, 7°, 9°, 11° y 12° rounds para el ganador. En tanto, el nipón se adjudicó los rounds 5°, 6°, 8° y 10°.
Martinez, de 32 años, impuso un ataque imparable en el primer ciclo del pleito y solo la calidad, la experiencia y la respuestas con impactos al plexo de Ioka, determinaron que por momentos la pelea tuviese algunos cambios en su andar. Apoyado por una veintena de compatriotas que desplegaron casi cien banderas de Boca Junior por todo el recinto, Fernando declaró: “Tuve una visión anoche, en donde mi padre Abel y mi hermano “Hueso”, fallecido este año, me anticipaban esta victoria. Me hizo bien y me tranquilizó. Esto es para mi familia, mi mujer, mis dos hijas y mi viejita. Para todo Japón, que me trató con un cariño y un respeto único. ¡No lo puedo creer! Logré acá lo que hicieron hace tantos años Pacualito Pérez, Accavallo y Nicolino. Ahora me tocó a mí, y ganando dos cinturones”.
Abrazado a su entrenador Rodrigo Calabrese, a quién su padre Abel le legó su cuidado antes de morir, agregó : » Quiero que sepan que cuando me vengan a ver pelear van a tener esto; un guerrero que da guerra. Vencí a un “campeonazo” que no sé como aguantó en pie y que nunca reculó”.
¿Por qué ganó?
Martínez se impuso por una preparación física excelente y por un esquema interesante de no darle ángulos ni respiros a Ioka, que pese a sus 35 años, jugó a ganar por KO en cada cruce y jamás pudo lograrlo. El criado en la Boca combina sus golpes con variantes poco comunes en púgiles argentinos, respaldando su fondo atlético con una convicción llamativa. Su confianza es directamente proporcional a su sencillez y eso lo hace un personaje muy agradable. Su estilo es atrapante; provoca circunstancias ofensivas e intercambios a cada momento y ello lo hace atractivo y comercial.
“No sé cómo hizo ese pibe para mantenerse parado porque tiré con todo. Creo que gané todos los rounds, porque Ioka tiraba pero yo terminaba conectando mis golpes, siempre tiraba. Se notó la experiencia de él, cuatro veces campeón”, insistió el “Puma”, que se autoproclamó: “Soy leyenda y eso es lo que vinimos a valorar con mi gente”.