DAKAR LOS HERMANOS SEAN UNIDOS

El apellido Patronelli es sinónimo de Dakar y de éxito en la Argentina, al punto que el año pasado la categoría de quads habían sentido la ausencia de los dos hermanos.

Sin embargo, Marcos (35 años) y Alejandro (37) han regresado en este 2016 para volver a conquistar esta categoría en el año con más sabor argentino de las ocho ediciones sudamericanas. El menor ganó entre los cuatriciclos este año y el mayor quedó en el segundo lugar.

Los nacidos en la localidad bonaerense de Las Flores, recorrieron cada especial y enlace juntos para poder asistirse y volver a sentir el día a día de esta carrera de aventura única.

El abrazo entre los hermanos Patronelli.  Foto: Reuters 

Como en 2010 y 2012, los dos Patronelli firmaron el 1-2 en la clasificación general con una ventaja de casi dos horas sobre su más inmediato perseguidor.

Marcos sumó su tercera estrella justo por delante de su hermano mayor, que se quedó en dos, para determinar que la ‘marca Patronelli’ se quedó con cinco de las ocho ediciones sudamericanas del Dakar.

«Hemos disfrutado esta vuelta al Dakar y volvemos a festejar con la satisfacción de llegar juntos a la meta. Ahora será tiempo de descansar una semana en la playa de Cariló y luego volver a trabajar», dijo risueño Marcos que tiene junto con toda su familia una fábrica de acoplados y una concesionaria de Yamaha en su pueblo natal bonaerense de Las Flores.

«Me preparé como nunca para este regreso luego de no competir durante tres Dakares. Este segundo puesto es el fruto de tanto trabajo. Siempre es una alegría llegar a la meta con Marcos», enfatizó el mayor de los Patronelli.

Marcos Patronelli, ganador del Dakar.  Foto: EFE 

Esta es la primera vez que la familia decidió acompañar a los pilotos de quads en esta aventura: allí estuvieron papá Roberto, mamá Mónica, los hermanos Clarita, Nello y Gabriel.

De campamento en campamento, desde Buenos Aires a Rosario, Alejandro y Marcos esta vez fueron un clan familiar que festejaron cada jornada la proximidad de esta nueva consagración.

Los Patronelli tuvieron un regreso con gloria y se dieron el gusto de saborearlo en familia y cruzar la meta juntos, en un símbolo de una unidad que parece condenado al éxito.